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tras de leer esta desconsolada carta de su amiga consolada
siempre por la verdad, le agrego dos fichas policiales a las que
aqu consign:
SCHICKELGRUBER ADOLF, llamado "Hitler". Nacido en Brau-
nau, Austria 1889. Participa cabo Gran Guerra. Vagabundo ca-
lles Viena. Acogido Asilo para Destitutos. Se une grupos de
choque extrema derecha. Asciende con encendida retórica anti-
juda y antimarxista. Participa golpe cervecera Munich 1923.
Juzgado por traición y condenado a dos aos de crcel en pri-
sión de Landsberg, donde escribe Mein Kampf Obsesionado su-
perioridad raza aria y eliminar parsitos judos.
DJUGASHVILI IOSIV VISSIARONOVICH, llamado "Stalin",
"Koba", "Soso". Nacido en Gori, Georgia, 1879. Encarcelado Ir-
kutsk 1903, Campo de Volgoda, 1908. Asalta Banco del Estado,
Tiflis, 1907. Pronuncia discursos antisemistas. Califica a judos
de "Judas circuncidados".
No abundo en los sórdidos detalles de las posteriores carre-
ras de estos dos tiranos. Me basta recordar ahora sus orgenes
no sólo bajos, sino criminales, para puntualizar: no fueron obs-
tculo para su ascenso. Les bastó fabricarse una nueva perso-
nalidad. Iba a dominar a Alemania y al mundo un vagabundo
llamado Schickelgruber? Iba a dominar a Rusia y al mundo un
asaltante de bancos llamado Koba? Iba a ser Presidente de
Mxico el pequeo hampón cataln Nico Salvat?
S, se puede tener un origen turbio. La banda presidencial es
como un detergente. Pule, limpia y da esplendor. La Silla del
guila eleva, es cierto, pero "nadie puede sentarse ms alto
que su propio culo". No es usted peor, seor, que Menem o Fu-
jimori. Y ya ve usted de qu bajos fondos emergieron Hitler y
Stalin, y tuvieron ms poder que el soado por usted, seor
Presidente. Mucho ms.
Pero tuvieron cuidado de eliminar a quienes les abrieron el
camino del poder. Los co conspiradores de Hitler en el putsch
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CARLOS FUENTES La silla del guila
de Munich. Los camaradas comunistas de Stalin tras la muerte
de Lenin y a pesar de las advertencias de ste ("El camarada
Stalin ha concentrado poderes sin lmites entre sus manos y no
estoy seguro de que los emplee bien."). Ya ve usted por qu no
tomar nunca una ducha en su bao.
Bueno. Pamplinas, como decan las abuelitas. Pelillos al
viento, seor Presidente. La mera neta es que la poltica es una
cena de brbaros. Cada azteca le entierra un pual a su vecino
tlaxcalteca y viceversa. T y yo, sentaditos noms en los tronos
alejados del banquete y viendo desde arriba a nuestras tribus
de Atilas aborgenes que se matan entre s. T y yo, apóstoles
de la mesura y la mediación, mi querido Nicols.
Mesura, Nicols. Si quieres ganarte un enemigo, demustra-
le que eres ms inteligente que l.
Discreción, Nicols. No permitas que tus indispensables ac-
tos de autoridad ilegal se conviertan en noticia de prensa.
Modestia, Nicols. Que sólo nos satisfaga lo mejor.
El poder es una terrible suma de deseos y represiones, de
ofensas y defensas, de ocasiones perdidas o ganadas. Llevemos
la aritmtica secreta de nuestra contabilidad. Que no se nos
convierta en noticia te repito lo que debe permanecer secre-
to. Aunque el secreto sea relativo. Es estpido pensar que lo
que le pasa a uno no le pasa a nadie ms. Cada cosa que suce-
de le est sucediendo al mismo tiempo a millones de seres. No
lo olvides. Protege el secreto. Pero recuerda nuestra fuerza.
Somos humanos y nos parecemos a todos. Nuestros presiden-
tes, nuestros secretarios de Estado, lo olvidan con frecuencia.
Pero somos polticos porque no nos parecemos a nadie. Que
miserable consuelo! Qu irritante paradoja o parajoda, como
deca uno de nuestros rsticos prohombres!
Inevitablemente, provocars envidia. Todos quieren gozar
de la intimidad del Presidente porque todos quieren gozar de
sus privilegios. Ahora nos toca actuar solos, querido. Convertir-
lo todo en ventaja. Pero mucho cuidado con nuestras debilida-
des. Te lo repito como mujer. Sabes que las mujeres se odian y
aprenden a disimular sus odios. Pero los hombres se quieren y
aprenden a disimular sus simpatas. Nuestras virtudes son
nuestras debilidades, en ambos casos.
Hay un hombre que te quiere tanto, que hasta te quiere ma-
tar. Y t lo quieres tanto que no te atreves a matarlo. Jess Ri-
cardo Magón.
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CARLOS FUENTES La silla del guila
Decdete, Nicols. En esto no te puedo aconsejar. La poltica
es la actuación pblica de pasiones privadas. Puede haber po-
ltica pblica sin pasión privada? Necesito a estas alturas repe-
tirte el ABC de tu tocayo florentino?
Es ms seguro ser temido que ser amado.
El amor se rompe cuando deja de convenirnos.
El miedo, en cambio, nunca nos abandona.
El prncipe debe ser temido sin incurrir en el odio de su pue-
blo.
Mide tus palabras. Que de tus labios no escape nada que no
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